No lo sabíamos ¡¡ Claro que no lo sabíamos ¡!.
En aquellos años éstos eran prestados,
Éramos niños a tiempo completo y la llegada
Del atardecer marcaba los límites de
Un tiempo que se consumía.
Eran los otros días.
Eran los tiempos de un tiempo que quedaba atrás,
Como escondiéndose y así nos robaba la
Vida y la inocencia, toda y en silencio
A la par de que nos preparaba para la
Otra vida: la que iba a ser impuesta,
La nunca nuestra.
Eran los otros días.
Y no lo sabíamos entonces: la vida fue vida
En aquellos otros años en que nuestros
Ojos fueron traidores a la vida
Misma, a la que luego iba a ser
Guía y escudo:
Era la vida que acababa cada
Tarde al final del día.
Eran los otros días.
Este poema fue escrito por mí y publicado en 2011, fue tras un encuentro y una conversación de dos días con un anciano de 102 años y que teníamos un origen de nacimiento común, yo tenía 55 años. Lo que me contó de un tiempo antes de nacer yo coincidía aún cuando yo tenía nueve años y que es de cuando recuerdo lo que aquí cuento: Hablo de los miedos de una época, de cómo en aquellos años el tiempo no era nuestro sino de quiénes decidían cómo y cuanto tiempo seguiríamos viviendo por esta razón, digo, la llegada del atardecer marcaba, en cierto modo, el límite de un tiempo que se consumía. Para mí el haber empezado a leer en serio, con dedicación cuasi por exigencia emocional a los ocho años y a escribir antes de los 17 me ha forzado a saber interpretar cada momento de mi vida y guardar los hechos más importantes en lo que yo siempre he llamado “la Memoria de Papel”, la mía.
-
Autor:
Nkonek Almanorri (
Offline)
- Publicado: 25 de agosto de 2025 a las 19:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Rafael Escobar, Jaime Alberto Garzón, ElidethAbreu, Salvador Santoyo Sánchez, Freddy Kalvo, gaspar jover polo, Javier Julián Enríquez
Comentarios5
Un descripción perfecta de lo que es vivir sin vivir, o vivir prestado, o sujetos a voluntades ajenas a las nuestras. Mi sincera felicitación a tu magnífica y filosófica poesía llega ti acompañada de cálido saludo y sincero aprecio.
Un saludo Rafael. Se estima tus palabras. Al final la vida humana sólo es memoria y lo mejor de ésta es guardarla. Gracias.
Buenas tardes,
Qué estremecedora belleza tiene esta elegía al tiempo prestado.
“Eran los otros días” no solo repite, también resuena —como algo que se desliza.
Hay una inocencia que no sabíamos que era oro… hasta que la cambiamos, sin querer, por los días impuestos.
Es conmovedora esa mirada que vuelve atrás, no con reproche, sino con una comprensión profunda del silencio con que la vida nos enseñó a despedirnos.
Qué verdad tan callada y tan honda hay en esos "otros días"...
Me hizo pensar en lo poco que sabíamos cuando éramos niños, y en cómo la vida se nos iba metiendo sin consentimiento, sin avisar, como si todo estuviera ya escrito… y nosotros solo jugábamos en la orilla.
Hay versos tuyos que duelen, pero de esa forma bonita en la que uno recuerda algo que ya no puede volver… pero tampoco quiere olvidar.
Gracias por escribir con alma. En ello me veo yo también.
—Lourdes
Los otros días son, vistos desde el presente, la mirada de un tiempo en el recuerdo que empezaban cada atardecer cuando se daba por contado un día más de existencia; desde mi mirada, entonces, de aquel tiempo todo se reducía a una observación consciente de lo que sucedía: la palabra clave era siempre Miedo dado de que mi padre sufrió una guerra, mi abuelo sufrió vigilancia casi de por vida, mi bisabuelo transmitió siempre una memoria de persecución y que le dio siempre a decir una frase que mi padre me hizo saber: "Donde hay rey hay esclavitud"; un tío abuelo al que llegué a conocer, huyendo de todo se vio en Cuba en los años 50 del siglo pasado, en Sierra Maestra con Fidel luchando por ideas que nunca pudo llevar a la práctica en su lugar de nacimiento; su padre estuvo en la Guerra Chiquita de Cuba por la Independencia y su abuelo llegó a la isla como esclavo, todo estos hechos quedan reducido en este tiempo de Los días.
Gracias por tu opinión y tu análisis perfecto y bien expuesto.
Que días aquellos querido poeta!
Preciosa historia de una vida vivida a medias entre el miedo y la incertidumbre.
Veo una memoria robusta, que se pasa al papel y a la historia.
Abrazos Nkonek
Aquellos días son hoy memoria viva que he guardado en mi Memoria de Papel, para tener siempre conciencia de un tiempo real. Gracias por tu visita y tus palabras. Agradecido.
Éramos niños a tiempo completo y la llegada
Del atardecer marcaba los límites de
Un tiempo que se consumía.
Todo el escrito es deliciosamente melancólico,✅
viajando a través de la pretérita memoria.
Buenas letras, me gustó mucho.
Saludos escritor Nkonek
El escrito representa una mínima parte de un tiempo, de unos hechos que guardo y que considero - a mi entender - que hay que preservar en lo que yo llamo La Memoria de Papel y que de vez en cuando - y de cuando en vez - es bueno airear aunque solo sea por refrescar la memoria antes de que ésta nos abandone.
Gracias por tu visita y tus letras, se agradece.
La luz que brilla por si sola
sola brilla sin cesar;
y se erige como las olas
sobre arenas en la mar...
Muy bonita anécdota relatada en bonitos versos.
Un abrazo fraterno Almanorri.
¿Dónde está reflejada esa "Muy bonita anécdota relatada en bonitos versos y que usted menciona"?
[…fue tras un encuentro y una conversación de dos días con un anciano de 102 años y que teníamos un origen de nacimiento común, yo tenía 55 años. Lo que me contó de un tiempo antes de nacer yo coincidía aún cuando yo tenía nueve años y que es de cuando recuerdo lo que aquí cuento:…]
Perdón. Pensé que se refería usted a unas palabras mías escritas aquí; es una reflexión suya a lo que escribí yo. Gracias y mis disculpas.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.