Castigo más severo es el olvido,
lapida nuestra vivencia doliente.
El tiempo es tan cruel con su andar latente,
entierra indicios de un amor herido.
Las sombras de un pasado ya perdido,
se ahogan ecos, una voz ausente;
la remoción de rastro en el presente,
vacío vuélvese en jardín florido.
Volcán sin llamas en el fuego helado,
fulgores, sombras que por fin devoran;
anhelos se escabullen en tinglado,
deseos congelados que así imploran.
En oscuridad del orbe cansado,
cenizas del silencio que atesoran.
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Autor:
Crucito Bautista (
Online)
- Publicado: 25 de agosto de 2025 a las 01:20
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 6
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