El tercer barco de Teseo

Dicen los filósofos que el barco de Teseo es un misterio:

si cambiamos una a una sus maderas,

¿seguirá siendo el mismo?

Unos aseguran que el barco renovado guarda la identidad,

otros defienden que lo verdadero está en las piezas viejas

que aún conservan la memoria del mar.

Y algunos concluyen que ninguno de los dos

es el auténtico.

Pero yo creo en una tercera nave.

Un barco que no se construye con madera,

sino con el eco de ambas historias.

Un barco invisible que habita entre el pasado y el presente,

entre lo que fue y lo que continúa.

Ese es el verdadero barco de Teseo:

ni el viejo ni el nuevo,

sino el tercero,

el que navega en la memoria,

el que une lo que fuimos

con lo que estamos siendo.

Quizá la identidad no está en la materia

ni en la simple continuidad,

sino en esa chispa secreta

que nos convierte en algo más

que piezas reemplazadas.

Porque al final,

como el barco,

tampoco somos uno ni dos,

sino esa tercera persona

que surge del tiempo,

del cambio

y del recuerdo.

— Théon Leviadis