A los ojos avellanas

Lambdasan

Patrón de los poetas, dar el verso 
al ser que el corazón cegado ansía,
y el fondo de la mente no confía 
en conceder valor, ante lo adverso.

Y en esta cruel moneda, no hay reverso 
que premie la Fortuna, sin bravía,
el precio de soñar es cobardía 
y el pago es contemplar, sin verte inmerso.

A ras de este modelo, yo te escribo
lo que dejé caer, e intuiste,
y luego, no acabé de confirmarte.

Pues fui pseudovaliente de recibo,
y ahora, el centinela entre lo triste,
que observa con silencio para amarte.

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