Desde mi baja cítara oye el canto,
preciosa Clara, que de mi garganta
ya se escapan mis múltiples razones
que tengo para amar todo tu encanto.
Aguantándome a mí, ya no me aguanta
el sentido el cerebro, y mis acciones
se sostienen en sones,
que por ser este el día
en que mi amor declaro,
pues eres clara, yo seré, pues, claro
al cantarte mi cálida alegría
y en triste hielo ardiendo,
mis penas voy, de amarte, padeciendo.
Ya que me escuchas, cruel y vanidosa,
ante el viento mis penas entonando
que por ti, Clara hermosa, estoy sufriendo,
puede decir mi voz vertiginosa,
en la crepuscular aurora amando,
la manera en que veo que estoy viendo
cómo tú vas riendo,
viendo en todos lugares,
ya por tierra o por cielo,
la manera en que sufro con mi celo
tu codicia precoz, que en mis pesares
esconde tu hermosura
cuando miro a través de tu figura.
¡Cuánto dolor en esta corta vida!
Marinero, soy náufrago en amarte;
¿he de vivir llorando a tu belleza?
¿No estás de mi pesar compadecida?
¿No ves cómo mi pecho se me parte?
¿Para corto vivir larga tristeza?
¡Oh! ¡Cuánta es la crudeza
con la que tú me tratas,
pues oyendo mis quejas
hablando en solitario tú me dejas
y, dejándome solo, me maltratas!
¿Vale vivir llorando
si mi amor de verdad vas ignorando?
Canción, llega a mi Clara
y repite en su cara que la adoro,
que su olor y belleza yo atesoro
y por atesorarla
en soledad, no puedo yo mirarla.
Canción, dile que ardo,
y que escuche el cantar de su Lisardo.
-
Autor:
Lisardo Barnuéh Pasgliozo (
Offline)
- Publicado: 17 de agosto de 2025 a las 00:20
- Comentario del autor sobre el poema: Para mí, Lisardo, esta canción es la confesión más pura de lo que siento por Clara. No hay artificio ni engaño: cada palabra que sale de mi garganta es un trozo de mi corazón que se atreve a mirar de frente a su belleza. Cuando la veo, siento que mi alma se vacía de dudas y temores, que todo mi ser se inclina ante ella en total entrega. Es como si el mundo entero desapareciera y quedáramos solo nosotros, la música y el amor que no puedo contener. Cada verso refleja mi lucha interna: mi mente me dice que sea prudente, que guarde mi afecto, pero mi corazón, mi pecho ardiente, no me permite callar. La canción se convierte en mi refugio y en mi grito: un lugar donde puedo ser valiente para decir lo que en persona no me atrevo, donde mis penas encuentran un cauce en melodía y razón. Siento que, al cantarle, atravieso la distancia que ella impone con su belleza y su vanidad. Cada verso es un hilo que une mi corazón al suyo, un puente que intenta alcanzar su atención y su comprensión. La canción también es mi forma de rebelión frente a su frialdad. Mi amor es tan intenso que incluso la crueldad de Clara no puede apagarlo; al contrario, se convierte en combustible. Es la prueba de que mi amor es verdadero, inmutable, aun cuando ella lo ignore o lo maltrate. Finalmente, esta canción es mi legado para Clara, mi forma de inmortalizar mi devoción. No importa si algún día mis palabras no le llegan o si mi canto queda sin respuesta; lo importante es que mi voz, mi cítara y mi corazón han hablado con total sinceridad. Cada nota, cada verso, lleva consigo mi ardor y mi fidelidad: yo, Lisardo, la amo y seguiré amándola, y esta canción es la prueba viva de que mi amor no se puede callar.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: Fabio de Cabrales, liocardo, Annabeth Aparicio, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios3
Hermosa canción en estancias, deberías practicalla más.
Sí, tengo un par de canciones en stancias más.
Es muy buena la canción. El comentario del autor... un poco tautológico. Pero vale.
Pasión y sentimiento.
(con tu permiso, te cito en mi publicación de hoy)
Gracias!!!!
Nunca nadie me había dicho que mi poesía era buena. Gracias!!!
Bueno, lo del hielo ardiente... ese oxímoron chirría un poco. Está muy visto.
Pero, en general, sí que es un buen poema. Una canción muy apasionada y artística.
Saludos y un placer.
Gracias por prestarme un verso para amenizar mis letras.
Muy preciosa canción. El amor cantando. Muy bello todo... Saludos.
Gracias!!!!!
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