Me arranqué la lengua
en un intento desesperado
de disfrazar las palabras
que se escurrían de mi boca:
sucias,
pero sacramentales e indulgentes.
Salieron,
sin prisa por redimirse,
aunque con la agilidad suficiente
para descomponer
y juguetear con sus propios recursos.
Abatidas y destruidas,
eran solo carne…
pero carne capaz
de permanecer inmóvil
y, aun así,
hacer más que un cuerpo
en movimiento.
-S.S
-
Autor:
Sara Sofia Bocanegra Carvajal (
Offline)
- Publicado: 14 de agosto de 2025 a las 03:43
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Jaldin, alicia perez hernandez
Comentarios1
El silencio puede ser un grito más ensordecedor.
Especialmente cuando dice lo que nadie se atreve a pronunciar.
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