Un espinoso sueño de tejido y sangre
prometió tu semilla en mi vientre,
tu boca: un vivir envuelto en llamas,
tus astrales ojos de musgo oscuro
impidieron entretejerse el lodo y el odio
en el corto tiempo del mundo.
Tu salvaje e insaciable hambre,
adormecieron mis ansias
y me acrecentaron los vicios.
Entre espejismos descubrí
un país de carne: llamado Paraíso.
Una promesa habitual
del cantar de pájaros a mis oídos
la tierra viva, desconocida,
y palpada a besos vuelve a mis pasos
a hundirse en los abismos.
Mis uñas voraces
se aferran a lo siniestro de tus tierras,
al frío latiendo en tu ser,
a los días insomnes del idilio,
donde golpea la amargura
y germina el desconsuelo
de la noche helada
que no reporta besos.
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Autor:
Isel (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 12 de agosto de 2025 a las 16:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Annabeth Aparicio, Salvador Santoyo Sánchez, Lualpri, Roberto D. Yoro
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