SONETO XI: Trovadera Última

Beltrán Álvarez de Toledo

Ya el hierro de mi espada está dormido,

y el pecho, que por ti fue llama y brío,

hoy arde en paz, cual leño en el rocío

de un tiempo que pasó, mas fue vivido.

 

Tu nombre "¡oh luz!" me ha sido lo querido

cuando el deber me helaba el albedrío;

jamás faltó tu sombra en el estío

ni en noche oscura tu mirar vencido.

 

Hoy cierro el libro, el yelmo, la jornada,

mas no el amor: que él sigue, tan ardiente,

como al partir, mi dulce enamorada.

 

Y si hay cielo en lo alto, eternamente

cabalgaremos juntos, alma alada,

en paz, sin guerra, amorosamente.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios1

  • Annabeth Aparicio

    El amor siempre seguirá 💖 bellísimo tu versar



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.