Me miras como el mar devora a las estrellas
dejando tu sombra clavada en mis huellas;
me sigues como la noche que al viajero atropella,
fiel y constante, en mis pasos te quedas.
Me muestras las risas de ecos pasados
enseñándome que la dicha vive en otros lados
Hoy debo suplicarte que al fin te disuelvas,
que te vayas y que nunca vuelvas;
Creí que eras el abrigo del invierno,
el refugio de mi cruel infierno
Pero no eres la brisa que acaricia mi calma,
eres la soledad que oprime mi alma.
Hoy elijo seguir adelante, libre de tus cadenas,
dueña de mi destino, guardiana de mi vida.
Te cierro la puerta… y no habrá despedida.
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Autor:
Mariela Cerviño (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 9 de agosto de 2025 a las 09:05
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., david valencia tobon, Lualpri, Hernán J. Moreyra, EmilianoDR, alicia perez hernandez

Offline)
Comentarios1
Es a cierta edad - no antes - en que empezamos a tener conciencia de un espacio de tiempo del cual empezamos a saber incluso un tiempo después, es éste en el que todo análisis ya es tardío. Cuando llega ese momento en que, por fin, empezamos a adivinarlo todo es también cuando nos preguntamos: ¿Dónde hemos estado todo este tiempo? Hay escritos, como éste el tuyo, en que uno siente que hay una necesidad imperioso de, primero, leerlo dos veces, y después tener que decir algo, a veces no se sabe bien qué, pero algo hay que decir.
Me genera una profundísima decepción y hasta ahogo emocional ver el altísimo grado de pobreza intelectual arrastra la sociedad, ésta que tiene palabras para comentar poemas vacíos de todo y a la vez son incapaces de pronunciarse en otros temas. 21 lecturas y no hay opinión alguna, hay reconocimientos, aprobados lo cual me hace preguntarme ¿Qué aprueban, qué valoran...? En fin, gracias.
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