Soy la Madonna explosiva de Salvador Dalí

LOURDES TARRATS

Soy la Madonna explosiva de Salvador Dalí

Soy la Madonna explosiva,
la que el mundo intentó clausurar
entre vitrales,
símbolos,
y rezos aprendidos.

Me quisieron intacta,
pero yo ya era fuego.

Me dibujó el genio,
sin carne, sin deseo,
sin voz —
pero aún ardiendo estoy
en los márgenes
del dogma que me negó.

Fui madre,
fui cuerpo,
fui templo.
Y sigo siendo todo.
Toda esa mujer.
¡Toda!
Incluso la que desafía
al genio que la encerró.

No fui virgen de pureza,
fui virgen sin permiso.

En mi vientre cargué
al mundo sin yo haberlo pedido.
No fui cuna de milagros,
fui de un destino impuesto.
Y aun así,
lo acurruqué entre mis brazos.

Fui adorada en silencio,
pero nunca escuchada
cuando quise decir:
tengo hambre de cuerpo,
de beso, de toque,
de respiración, de anhelo.

Adórame.
No como se adora un altar,
sino como se atiende una herida
que quiere sanar.

No estoy entera —
pero no soy ruina.

Cada hueco que ves
es un espacio que espera
ser colmado de algo
que no se arrodilla.

No me toques con rezos.
Tócame con carne.
Con duda.
Con hambre.
Con la voz que no sabe rezar
pero quiere quedarse.

Y si vienes,
ven sin promesas.
No busques mi santidad.
Búscame donde tiemblo.

Llena mis huecos
con tu sombra.
Reza —si quieres—
pero sobre mi piel y con permiso…

—L.T.

  • Autor: LOURDES TARRATS (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de agosto de 2025 a las 01:29
  • Comentario del autor sobre el poema: Durante casi dos décadas, una litografía de Salvador Dalí “La Madonna Explosiva” ha colgado en mi pared: la imagen de una Madonna fragmentada, suspendida, abierta como si guardara un vacío imposible de llenar con dogmas. Día tras día, al mirarla, me descubrí pensando: esa soy yo. Este poema nace de esa certeza. No es una descripción del cuadro, sino una voz que decide habitarlo desde dentro. La Madonna explosiva no es un símbolo inmóvil; es una mujer de carne y deseo, de fe rota y ternura intacta, que se atreve a hablarle directamente a quien la mira. En estos versos, lo sagrado y lo humano se tocan —a veces con reverencia, a veces con hambre— para decir que ni el arte, ni la religión, ni la historia pueden encerrar a una mujer que reclama su cuerpo, su voz y su derecho a ser amada con permiso.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 33
  • Usuarios favoritos de este poema: Henry Alejandro Morales, Annabeth Aparicio, Mauro Enrique Lopez Z., Nelaery, Javier Julián Enríquez, Josué Jaldin, Alexandra I, Pilar Luna, EmilianoDR
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Comentarios +

Comentarios5

  • Henry Alejandro Morales

    Hermosa obra! Mi Apreciada poetisa, un inmenso placer su lectura, el comentario al poema es excelente; "no siendo una descripcion del cuadro podrìa interpretarse como una representaciòn de la dualidad y la transformaciòn, tal como la obra de Dali" Saludos cordiales desde Venezuela!!!

  • Carlos Eduardo

    Señora, no mía, las pinturas de ese genio impresionan; más, son bellaquerías como las de Cervantes en las letras, legados de risa eterna.
    =====================

    Su poema es coherentemente hermoso
    Saludos
    ===========================

    * Maddona, en italiano ((mi señora))

    • LOURDES TARRATS

      Querido amigo Carlos Eduard,
      Gracias por sus palabras.
      Dalí puso la locura, yo solo le presté mis alas.
      Entre sus bellaquerías y mis versos,
      la Maddona se escapó del lienzo…
      y vino a bailar en la tinta.
      Un abrazo, mi señor,
      Lourdes

    • Nelaery

      Hermosas palabras que reivindican el derecho de una mujer a ser ella misma, por encima de todo.
      Muchas gracias por compartirlo, poetisa Lourdes.

    • liocardo

      Con tu permiso

      "... bien dicha tú eres
      entre todas las mujeres..."


      Incontestable.

      Un placer de leerte.

      Tu amigo Jose.

      • LOURDES TARRATS

        José,
        Si es incontestable lo que dije,
        es porque lo dije desde el filo de la piel.
        No busqué ser bien dicha
        entre todas las mujeres,
        solo ser dicha entera:
        con fuego, con deseo,
        y con el permiso que me arranqué yo misma.
        Gracias por oírme
        como se oye a quien no pide absolución,
        sino presencia.

        Un abrazo,
        —Lourdes

      • JAVIER SOLIS

        No me toques con rezos.
        Tócame con carne.
        Con duda.
        Con hambre"

        Una forma muy especial de ver al mundo
        la de Salvador Dalí bellamente tratada por una genial autora.
        Con aprecio yadmiración
        JAVIER



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