Viaje al reino diminuto

William26🫶

Viaje al reino diminuto
de Wcelogan

 

¿Y si el mundo cupiera en un suspiro?
Si pudiera inventar una máquina
para encogerme y caber
en la grieta de un instante,
menos que eco de lágrima,
menos que semilla de frijol,
me lanzaría sin miedo
a la orilla del estanque,
con una flor por vela
y mi corazón, timonel.

Busco una historia que el viento robó
y dejó caer
entre pliegues del día.

¡Puf!
Caería en reino secreto,
donde migas de pan
son montañas humeantes,
y el olor a caramelo
inunda calles
como campanadas dulces.

Las hormigas, con antenas de oro,
me mirarían desde su altura.
Una, con ojos de espejo,
me olfatearía el alma, buscando mentiras.
—¿Y tú quién eres, forastero?—
preguntaría la reina curiosa,
con voz que huele a zacate
recién cortado.
Yo, hecho de algodón y memoria, respondería:
—Soy niño que busca
la historia que se perdió
cuando el mundo bostezaba.

Cabalgaría en el lomo
de una mariquita encapada,
cruzando estanques.
Entre ellos, cocodrilos de avena;
más allá, nenúfares que laten
como corazones verdes.

La lluvia sería enemiga
—o aliada secreta—,
porque cada gota que cae
suena a tambor de plomo:
¡bam! ¡bam! ¡bam!
y hay que huir, esconderse
bajo hongo sombrilla
que huele a pan horneado.
Mi corazón, timonel,
late más fuerte cuando la historia llega.

Visitaría a los duendes
que viven tras el reloj de la escuela.
Fabrican arcoíris
cuando las horas se arrastran
como tortugas soñolientas.
Uno me prestaría un bastón de canela,
y con él dibujaría senderos
en la corteza tenue de una ciruela,
que sabe a cielo mordido.

Me colgaría del bigote
de un gato dormido al sol,
y desde ahí exploraría
selvas de lana tibia
y mares de merengue profundo.

Pasaría por túneles
de raíces enredadas,
donde hadas antiguas
susurran secretos sencillos.
Al caer la noche,
cantarían historias que encienden
fuegos diminutos en el pecho.

Y si cayera
en una taza de leche,
haría amistad con un malvavisco exiliado,
que soñaba con ser soplo de aurora.
Juntos cruzaríamos nubes de azúcar
montados en una galleta,
siguiendo la pista de la historia perdida
hacia un horizonte
donde nadie quiere crecer.

Al final del día, cansado,
me dormiría en el susurro
de un pétalo de ópalo.
Y allí la encontraría:
la historia dormida,
abrigada en una sílaba.

La guardaría en mi bolsillo,
y al despertar en mi tamaño,
descubriría que aún cabe
en la hondura de un instante…
y que, al encogerse el cuerpo,
crece el infinito.

  • Autor: Wii (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de agosto de 2025 a las 00:01
  • Comentario del autor sobre el poema: En la creación de un poema también se necesita fantasía, aventura… y un poco de niño. Porque muchas veces la musa no desciende como un rayo divino ni se esconde en los libros antiguos: a veces vive agazapada en nuestra propia imaginación, jugando a las escondidas en los rincones del alma que aún no han olvidado cómo era mirar el mundo por primera vez. La infancia —no como etapa biológica, sino como estado del asombro— es una de las formas más puras de la inspiración. Allí donde los adultos ven una piedra, el niño ve un planeta. Donde hay un charco, él ve un océano. Esa mirada sin filtros, capaz de inventar barcos con cáscaras, castillos con migas o aventuras dentro de una taza de leche, es también la que puede escribir versos que abran portales. Por eso, cuando las palabras se escapan o la realidad se vuelve demasiado exacta, hay que hacer silencio, cerrar los ojos… y dejar que el niño que fuimos —o que nunca se fue— nos cuente al oído una historia imposible. De ahí nacen los poemas que no se olvidan.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 14
  • Usuarios favoritos de este poema: Annabeth Aparicio, MISHA lg, El Hombre de la Rosa, Polvora, Josué Jaldin
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Comentarios +

Comentarios2

  • MISHA lg

    bellas letras poeta con un arcoíris de sensaciones
    entre ellas
    gracias por compartir

    Mi corazón, timonel,
    late más fuerte cuando la historia llega.
    Visitaría a los duendes
    que viven tras el reloj de la escuela.
    Fabrican arcoíris
    cuando las horas se arrastran
    como tortugas soñolientas.
    Uno me prestaría un bastón de canela,
    y con él dibujaría senderos
    en la corteza tenue de una ciruela,
    que sabe a cielo mordido.


    besos besos
    MISHA
    lg

    • William26🫶

      Gracias a ti por pasar y dejar tu huella...un saludo con sabor cajeta y barquillo de chocolate.
      Bendiciones dónde te encuentres niña de los versos encantados.

    • El Hombre de la Rosa

      Hermoso modo de versar estimado poeta y amigo Wil
      Saludos desde España
      El Hombre den la Rosa

      • William26🫶

        Gracias amigo...siempre es bueno saber de ti...
        Saludos 🤗



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