Hay un pintor en la playa, apreciando las olas, la playa, simulando que pinta, sin borrador, sin escuadra; se guía por las esquinas cuando ladra aquel perro que se intimida por desconocida aura. No es el único que enmarca; las gaviotas captan las pinceladas que manchan, como ellas el suelo cuando cagan. Todo posa, como está humilde prosa que acosa a todo aficionado a estas cosas.
Lujuria, soberbia, avaricia, ira, gula, envidia y pereza no caben en mi cabeza; mi sutileza es como rapaz cazando su presa, como marea que sube y aleja a todo bañista. No soy artista, solo expreso lo que mi corazón insista; un alfarista conservador, humorista, con o sin pista, relato con garabatos mi obra mal vista.
¿Qué debo aprender técnicas de viejos artistas? Cómo escribo mis obras, quiero que mis obras las lea un artista. Porque lo es todo aquel que pueda yo causar en él, al menos una sensación en su piel; así suene cruel o sienta la hiel transformada en miel satisfactoria, será cuando otras eras interpreten mi obra.
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Autor:
IAEM (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 8 de agosto de 2025 a las 14:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: **~EMYZAG~**, ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, alicia perez hernandez
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