Me derribaron una estrella,
la apagaron.
un disparo certero de hielo amargo
acerto su corazon de fuego intenso, congelandolo.
En el inmenso e insoldable firmamento
las compañeras estrellas miraron incrédulas su muerte.
Se acercaron, explosiones nucleares de dolor y rabia.
Su luz intensa, cegadora, era ahora un hilo de oro moribundo.
La mas antigua se inclinó besando su frente fría,
otras tomaron sus metafóricas manos de volatil hidrógeno,
muchas cantaron orbitando a su alrededor salmos celestiales,
todas lloraban y prestaban de su propio fuego interior a la caída.
Y entonces, ante tal despliegue de amor incandescente,
del apagado nucleo frio de aquella estrella dormida,
se encendió tenue, tímida y parpadeante...
de nuevo la vida.
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Autor:
semitono (
Offline)
- Publicado: 8 de agosto de 2025 a las 11:58
- Categoría: Amor
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Nelaery, Mauro Enrique Lopez Z., Salvador Santoyo Sánchez, ElidethAbreu, alicia perez hernandez
Comentarios1
Es precioso!!!
Muchas gracias por compartirlo, poeta Semitono.
Saludos.
Mi gratitud por su comentario estimada lectora. Es un placer compartir sentimientos.
Sí. Es verdad.
Los poemas son un buen medio.
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