El diez de febrero,
plaza vacía, frío mortal,
olvidé mi abrigo,
y el viento me hizo mal.
Llegaste sin aviso,
sin palabras, sin prisa,
quitaste tu abrigo,
me cubriste con brisa.
Un gesto tan sencillo,
que pareció un milagro,
tu risa dulce y suave,
como canto en el ocaso.
Un beso en la mejilla,
que ardió en mi mejilla helada,
la nieve dejó de ser nieve,
pétalos que caían al alba.
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Autor:
starmoon (
Offline)
- Publicado: 8 de agosto de 2025 a las 02:55
- Categoría: Amor
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., rosi12
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