En memoria de Hildegard Czemper (Rafael Llopis)
Fueron días intensos.
En aquellos últimos paseos, siempre cogidos de la mano,
ella se despedía, con su eterna sonrisa, de la vida
y de sus pequeñas cosas.
La memoria del camino aún me devuelve sus inolvidables gestos de paz y de dulzura.
Esas pequeñas cosas
que tanto enriquecieron el transcurrir de su día a día,
ahora, sin apenas pretenderlo, enriquecen mi vida.
Hoy hace mucho frío y llovizna. Amanece.
Piando, entre las ramas del membrillo sin hojas del jardín,
Tus pájaros te recuerdan, me esperan y reclaman confiados tu regalo.
Mientras tanto, el rosal que tanto protegiste,
lucha y se niega a dejar de ofrecerte su intenso y rojo tributo.
Mi "niña", yo velo y velaré tu recuerdo y tu sueño
hasta que de nuevo nos juntemos
en la memoria de los que siempre nos quisieron.
Duerme en paz, "mi niña", duerme...
Y cuando el tiempo ya no exista
y el pasado y el presente y el futuro
no sean más que meros accidentes metafísicos,
tu y yo seguiremos juntos, paseando,
allí donde se refugian los deseos no cumplidos:
en el eterno cielo del olvido.
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Autor:
rafael llopis sempere (
Offline)
- Publicado: 6 de agosto de 2025 a las 16:10
- Comentario del autor sobre el poema: Hildegard fue mi pareja durante 49 años. Los cuatro últimos convivimos con una demencia llamada de los \\\"Cuerpos de Lewy\\\". El poema es un reflejo de lo que he sentido, siento y quiero seguir sintiendo, mientras viva, con respecto a ella.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 8
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