Sinfonía velada

lictor Quevedo

Creí que el universo no tejía

destellos para mí en su filigrana

que el alba era ajena a mi armonía

y el sueño no tenía voz humana.

 

Mas tú surgiste: un soplo irrepetible

como un cristal que canta bajo el viento

fulgor que se derrama, indivisible

revelación en medio del tormento.

 

Tan lejos del fulgor que me devora

tan fuera de mi tiempo y mi latido

visión que ni la muerte descolora

eras misterio puro, nunca oído.

 

Y sucedió: tan breve, tan silente

tu ser cruzó mi sombra sin aviso

como si el universo, en un hechizo

confundiera lo etéreo con lo ausente.

 

Hablamos... ¡oh prodigio inconcebible!

la flor que nace en tierra imposible

Fuiste mi eternidad dentro de un quiebre

y todo el eje del dolor se quiebre.

 

Tu voz me es sinfonía trascendida

todo en ti canta y purifica y veta

tu risa, un manantial de luz secreta

lo que me hunde y niega la medida.

 

Tu nombre es verbo, estrella, sacramento

y aunque no seamos... mi alma conspira

cada sílaba, un himno que respira

con sólo amarte, contra el pensamiento.

 

Tú eres la vida que el arte presiente

eres poema que al fuego se aferra

la forma que no cede ni se erra

y me transfiguras dulcemente.

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  • Autor: lictor (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 5 de agosto de 2025 a las 18:52
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 6
  • Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Lambdasan
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