Una amiga

Alberto Escobar

 

 

Una amiga, ahora, me dice
que está hasta el coño, y yo,
aquí, desayunando como rey,
sintiendo un gustito que baja
de la boca hasta el esófago y
se mete de lleno en el estómago,
y yo, por ella, por mor de su llevar
mal su desempeño —es mi jefa— 
me llego a contagiar un poco —ma
non troppo— de su mal y sintiéndo
me mal por sentirme bien y ella mal
—un galimatías este que, creo, no vie
ne a cuento—, y le doy ánimos, y aca
bo de recibir otro mensaje —voy a ver
qué dice—, y dice que por fin le ha ba
jado la regla —la causa de todo—, y ya,
creo, que el hastaelcoñamiento que tie
ne se va a ir diluyendo como azucarillo
en café hirviendo y, por fin, respiro por
ella, y es que ella, en cierto sentido, me 
contagia sus humores, su sentido del hu
mor, su boca, sus pechos, su c...
Una amiga, sí, ahora mismo, quejándose
amargamente y yo, al únisono, como por
vasos comunicantes, disfruto de una tosta
da de mantequilla y café mientras junto,
quizá torpemente, unas letras...

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Comentarios +

Comentarios1

  • Carlos Eduardo

    Lo importante es su respeto hacia ti. Si te humilla, acosa, no entiende razones, es detestable.

    Todos guardan secretos, devélalos, dadle a conocer sabiéndolos o no, tus dudas, discretamente, en un lenguaje ambiguo respecto a ella

    Es posible puedas trabajar sin sobresaltos o morir en el intento

    Un abrazo socio, no sufra tanto

    • Alberto Escobar

      El amor tiene esas contraindicaciones. No sufro, siento. Estoy celebrando que he coronado el Everest. Ya solo me queda celebrarlo hasta que muera en ello jaja. La realidad que hay detrás de este escrito es mágica, ya lo sabes. La ficción es ficción, es arte, y el arte no lo es si no se exagera la realidad.



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