Tú eres fría como un témpano y yo no tanto irradio.
Me espías siempre dentro del cuarto solitario,
con mis labios que pretendo llegarte donde no hay dios.
Extraigo todo el hálito de tu respiración.
Siquiera me hace daño ceñirme a ti tan hondo.
Concreto lo que soy rendido al abandono.
Ambos somos superiores un millón de veces poco,
y aún sabiéndolo dejamos que nos traten ya por locos.
Parece me coloco para olvidarme de un nosotros.
Enciendes mis motores y suena como un monstruo.
Nunca tú te opones a un hombre tan apuesto.
Ya me has cambiado el rostro, que otro se me ha puesto
y no me reconozco jamás en nada de esto
yo que igual me tengo a mí solo de opuesto.
Tampoco me administro con menos de lo justo.
Entramos en agosto sin lo vital al organismo
orbitando un mundo tosco que decae ya por si mismo,
laberinto de ilusiones que permanece invicto.
Sordo a todo el resto apenas me distingo
y finjo ser honesto cuando miento por instinto.
Así me agencio a mis discípulos lamentando poco de ello,
así les brindo el alimento y pongo o no remedio
revueltas sus moléculas conscientes con estrépito.
Son sólo hojas muertas que las pasea el viento.
Hay cosas que me hablan y nunca las entiendo.
En tiempos de ignorancia completo ahora me siento
y no me compenetro con tanta gente extraña
carente del afecto y la inteligencia necesaria
para salirse del guión que es lo que les mandan.
El control de otros aborto y doy la espalda
a quien no me respalda en su ambiente tan selecto
de lujo entre matanzas que no perdonaremos
ninguno aún cabal, jamás que valga un alma
el peso de esa bala que en alabanzas no cabrá.
Me integro a la danza contra su programa atrás.
-
Autor:
Haz Ámbar (
Offline)
- Publicado: 4 de agosto de 2025 a las 07:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: MISHA lg, Lualpri, Carlos Alberto BUSTILLOS
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.