Me bastaba una sílaba tuya
para incendiar el aire.
Una mirada breve,
casi distraída,
me dejaba el alma
deseando eternidad.
Nunca supe si el viento
que me rozaba la piel
era el mismo
que te tocaba a ti,
pero igual me quedaba quieta,
soñando que sí.
Tu sombra se volvía
mi única constelación.
Y yo, en silencio,
trazaba tu nombre
sobre mi pecho
como si pudiera hacerlo arder.
Me hice jardín en espera,
me hice música sin oídos,
me hice fuego callado
por si alguna vez
tu alma se detenía en la mía.
Pero la noche pasó
sin que miraras.
Y todo mi amor
se volvió ausencia de luz.
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Autor:
Gigi (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 3 de agosto de 2025 a las 05:18
- Categoría: Carta
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: DiegoPala, liocardo, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Crónica de una masturbación.
Pero está bien escrita, con arte. Lindas imágenes.
Te doy un aprobado porque no siento que haya perdido el tiempo leyéndote.
Bueno, un aprobado, no del todo: un 4,9 te baja en las medias pero te sube en la nota de recuperación, si lo miras con perspectiva.
Vista para septiembre.
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