Corría mi alma por la arista prohibida,
de aroma divino y sabor a mujer,
mientras, la luna se arrullaba y dormía.
Divagaba mi mente recorriendo su piel,
humedecía mis labios libando su miel,
discreta, la luna a mi sueño era fiel.
Mi vida, mi cielo, en suspiros decía,
mi ser la entronaba y la bendecía,
lela, la luna me escuchaba y oía.
Con ella volaba y sentía que vivía,
alegres mañanas sin caricias frías,
gozosa, la luna me miraba y reía.
Todo fue un sueño, todo era mentira,
mi alma lloraba y no lo creía,
compartía la luna lo que sufría.
Ella era ajena, no me pertenecía,
sola mi alma al dolor recurría,
la luna de luto de mis sueños se iba.
Andrés Romo
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Autor:
Andrés Romo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 2 de agosto de 2025 a las 23:29
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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