Los inmigrantes, a veces soñamos, deseamos
que, al morir, morir en la tierra que nos vio nacer
donde dimos nuestros primeros pasos, los besos temblorosos
sentir los olores, los sabores, los rencores primigenios
No morir en esta soledad de tierras extrañas, de pueblos
sin alma, de costumbres lejanas.
Y volver a aquellas tierras, de viejos ancestros y amigos
ya deshechos, sentir el calor de nuestros recuerdos.
Los inmigrantes no queremos morir solos, en estas tierra
de nadie.
Y la muerte nos mira y se ríe
ella sabes que, al morir, solo nos acompaña la soledad.
Aunque a veces ella, también sueña
cuando ante del tiempo y solo existía el espacio
ella correteaba por esos bosques de luces y colores
y desnuda se tiraba sobre el césped azul de su campiña
verde.
La muerte, también a veces sueña con morir
en el lugar que la vio nacer y sintió esos temblores
que producen el primer amor.
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Autor:
mauro marte (
Offline)
- Publicado: 2 de agosto de 2025 a las 12:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Correa, El Hombre de la Rosa
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