Como el pastel inapetente de Cortázar, ese que se queda en la mesa, mirándote, sin que nadie se atreva a tocarlo, así estaba yo.
Una masa amorfa, quizás con el azúcar equivocada, o la sal en el lugar de la vainilla. Un desastre que nadie pediría, ni siquiera por lástima.
Y tú, con ese soplo tuyo, no de aliento sino de vida, le diste un brillo, un color que no tenía. Lo hiciste parecer comestible, apetecible incluso.
Y ahí estoy, temblando como gelatina, sabiendo que en cualquier momento te puedes ir, y el pastel, mi corazón, volverá a ser lo que era: una cosa inútil, a la espera del cubo de la basura.
m.c.d.r
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Autor:
m.c.d.r (Seudónimo) (
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- Publicado: 30 de julio de 2025 a las 01:38
- Categoría: Amor
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR
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