Volví a la ciudad como quien regresa
a una casa que ya no le reconoce las llaves.
Las esquinas siguen en su sitio,
pero los rostros…
los rostros han cambiado de nombre.
Vi a un niño que solía correr con los cordones sueltos
y ahora fuma en la esquina como si la vida
no lo hubiera sorprendido también.
El tiempo le creció en los hombros,
igual que a mí.
Yo me fui con la piel tersa y los sueños intactos,
volví con una espalda que cruje
y preguntas sin respuesta.
El reloj... el que dejé colgado sobre mi cama,
aquel que me miraba dormir sin juicio,
sigue allí,
pero ya no avanza.
Tal vez se hartó de verme correr sin dirección.
Porque yo no viví,
yo sobreviví.
Tuve que ser adulta en un cuerpo que aún
quería treparse a los árboles.
Quise reír,
pero reía bajito, para no despertar al deber,
a los otros.
Y ahora…
mi cuerpo es un diario que alguien escribió con rabia,
con páginas dobladas,
con tachones.
Y no hay borrador.
Pero aún así, me miro al espejo,
y no lo niego.
El tiempo me tocó.
Me arañó.
Me hizo.
Y aunque el reloj se niegue a moverse,
yo cargo sus agujas en el pecho,
avanzando sin permiso,
hacia un ayer que no se deja ir.
Yasuara Melgara
-
Autor:
Jasuara Melgara (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 30 de julio de 2025 a las 01:25
- Categoría: Triste
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Tommy Duque, Nelaery, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, Ricardo Castillo.
Comentarios2
Es precioso su poema que describe de forma tan bella y nostálgica el paso del tiempo.
Muchas gracias por compartirlo, poetisa Yasuara.
Saludos.
Saludos estimada. Gracias por leer.
Saludos.
El tiempo me tocó.
Me arañó.
Me hizo.
Gracias a ese tiempo que te ha dejado escribirle poeta Jasuara.
Saludos cordiales.
Gracias. Saludos estimado.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.