Te busqué en los sueños,
te pedí al viento,
y el destino, cómplice,
me concedió tu cuerpo.
No sé si fue el deseo,
el morbo o la locura,
pero aquella tarde
se abrió la piel al fuego.
Tus labios, mi refugio;
tus manos, mi condena;
y en el roce de tu piel
se encendió la marea.
Te tomé despacio,
como quien reza en silencio,
y luego, entre suspiros,
el tiempo dejó de ser tiempo.
No hubo palabras,
sólo el lenguaje del alma,
y en el vaivén de tu cuerpo
supe que el cielo temblaba.
Desde entonces, amor,
te guardo en mi memoria,
como un secreto ardiente
que aún busca escribir su historia.
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Autor:
Luis de leon (
Offline)
- Publicado: 29 de julio de 2025 a las 02:07
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Pilar Luna, Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, Nelaery
Comentarios1
Geniales estrofas has escrito para deleite de la poesía
Recibe un abrazo de Críspulo
El Hombre de la Rosa
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