Luis de leon

EN TUS BRAZOS

 

 

Te busqué en los sueños,

te pedí al viento,

y el destino, cómplice,

me concedió tu cuerpo.

 

No sé si fue el deseo,

el morbo o la locura,

pero aquella tarde

se abrió la piel al fuego.

 

Tus labios, mi refugio;

tus manos, mi condena;

y en el roce de tu piel

se encendió la marea.

 

Te tomé despacio,

como quien reza en silencio,

y luego, entre suspiros,

el tiempo dejó de ser tiempo.

 

No hubo palabras,

sólo el lenguaje del alma,

y en el vaivén de tu cuerpo

supe que el cielo temblaba.

 

Desde entonces, amor,

te guardo en mi memoria,

como un secreto ardiente

que aún busca escribir su historia.