Escucha este murmullo que arde bajo el velo,
no es fiebre ni locura: es cielo hecho destierro.
Caído entre cenizas, amé —lo juro— al viento,
vestido de promesa con puñal en su aliento.
Le di verbo y penumbra, le ofrecí mi quebranto,
le entregué mi condena y el canto más sagrado.
A cambio, oh tumba oscura, recibí su mentira:
un beso que sangraba donde el alma respira.
Después vino el desprecio como daga en la entraña
y el mundo se volvió liturgia sin mañana.
Desde entonces transito con sal entre los dedos,
sembrando epitafios en la noche sin credo.
No imploro redención: ya pacté con mi ruina.
Solo ansío que el nombre que albergó mi doctrina
se pudra en la garganta cual hostia ya marchita
con pompa funeral que el dolor resucita.
Pues aún en los hornos del infierno celeste
hay versos que se alzan —blasfemos, pero honestos—,
de quienes —rotos todos— sangran con medida:
hallando tinta en lodo y redención... en la herida.
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Autor:
Isidora Luna (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 29 de julio de 2025 a las 00:27
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: William26🫶, Josué Gutiérrez Jaldin, Lualpri, Tommy Duque, El Hombre de la Rosa, Andy Lakota👨🚀, Isidora_Luna, alicia perez hernandez, La Hechicera de las Letras, Pilar Luna
Comentarios3
Buen poema.. 👌👍
agradecida.🍷🍷
Geniales estrofas has escrito para deleite de la poesía
Recibe un abrazo de Críspulo
El Hombre de la Rosa
🍷🍷🎶🍷🍷
Este poema no se lamenta: escupe sentencia. No implora: muerde. No teme al infierno: lo convierte en altar y lo escribe en la roca. Lo más letal: lo hace con lucidez, con oficio sin pedir perdón… con un estilo que muchos quisieran, pero no soportarían.
Porque aquí no se busca consuelo, sino verdad ardiente. Aquí la palabra no salva, hiere. Pero en esa herida —honda, blasfema y lúcida— arde lo único redimible: la conciencia de haber visto el abismo… y haber escrito sobre él sin bajar la mirada.
La redención nunca viene de fuera, es de mirar la herida, nombrarla, hacer de ella palabra —aunque sea blasfema, aunque arda. Cuando todo ha fallado —el amor, la fe, el mundo— lo único que queda es el verbo que aún tiene fuerza para decir lo que duele sin temblar.
La Hechicera de las Letras.
La verdad, me has dejado sin palabras.
Es la lectura más auténtica que ha hecho alguien de este poema., gracias por ello. 🍷
Has entendido cada herida, cada elección, y me ha sorprendida la lucidez con la que los has dicho .. brindo por ello! 🍷
Gracias por leer así, por nombrar lo que arde sin taparlo.😊
Y felicidades, porque no todo el mundo sabe mirar así de hondo sin apartar la vista.
Isidora 🍷🍷
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