Haz un alto.
No en la calle… en lo más hondo.
Donde el alma se pregunta
si aún recuerda para qué camina.
Haz un alto,
donde la fe ya no sea consigna,
sino semilla que se planta
en el polvo de lo real.
Porque amar a Dios
no es repetir su nombre,
es creerle cuando la historia tiembla,
cuando la injusticia grita
y tú decides quedarte…
aunque todos huyan.
Es orarle,
sí, pero no con los labios dormidos,
sino con las manos despiertas,
esas que levantan al caído
y comparten el pan sin preguntar el credo.
Es obedecerle,
no por miedo,
sino porque su voz arde dentro
como fuego que no se negocia.
Jesús no vino a darnos fórmulas.
Vino a romper cadenas.
A lavar los pies de los olvidados.
A poner a los últimos en la portada del Reino.
Él no fundó una religión.
Sembró esperanza entre escombros.
Habló con mirada de pobre,
amó con ternura de obrero,
murió con dignidad de profeta.
Y vive.
Cada vez que alguien abraza la verdad
aunque le cueste.
Cada vez que alguien construye paz
en medio del polvo.
Así que haz un alto.
Mira tu camino.
Y si de verdad lo amas…
que tu vida lo diga
aunque tus labios callen.
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Autor:
Jaime Alberto Garzón (
Offline)
- Publicado: 26 de julio de 2025 a las 18:19
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Alberto Garzón, Pilar Luna, JUSTO ALDÚ, Javier Julián Enríquez, William Contraponto, Jaime Correa, pasaba, alicia perez hernandez
Comentarios1
Él, no fundó una religión.
Creó una iglesia.
Sin ánimo de polémica.
Buen poema poeta Jaime Alberto Garzón
Gracias, Salvador querido poeta, entiendo tu apunte; el verso busca destacar que Jesús encendió vida, más que estructura, estamos de acuerdo, gracias por compartir.
Abrazo fraterno.
✅✅✅👍🏻🙋🏻♂️
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