Cargando las tintas

Garo de Hasta

Yo no soy como el Capitán Ahab,
no perseguiré la ballena blanca
que pretende hundirme con ella,

Yo no soy un muñeco en tus manos,
al que crees haber abandonado
pensando que estás por encima mía.

No, no estoy vencido, ni triste,
y creo que salí ganando.
Aunque me insultes, patéticamente,
mi vida ha sido salvada.
Que creyéndote digna de juzgarme,
deberías mirarte a ti misma.

¡Cuántas veces bajo el semblante de la devoción
y de las acciones piadosas, engañamos al Diablo mismo!
Pero esta vez, Dios quiso salvar al Poeta.

 

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.