Garo de Hasta

Cargando las tintas

Yo no soy como el Capitán Ahab,
no perseguiré la ballena blanca
que pretende hundirme con ella,

Yo no soy un muñeco en tus manos,
al que crees haber abandonado
pensando que estás por encima mía.

No, no estoy vencido, ni triste,
y creo que salí ganando.
Aunque me insultes, patéticamente,
mi vida ha sido salvada.
Que creyéndote digna de juzgarme,
deberías mirarte a ti misma.

¡Cuántas veces bajo el semblante de la devoción
y de las acciones piadosas, engañamos al Diablo mismo!
Pero esta vez, Dios quiso salvar al Poeta.