TRASPASO

Hernán Mejía Silva

Suspira el agua,

entre los silencios de un mundo que no acepta la calma,

con un latido se recupera,

vuelve de pronto el cristal de cielo, frío e ingenuo.

 

La primera franja de luz,

es un recuerdo de la tormenta,

la mañana se resiste, no quiere dejar de ser noche,

pero el giro habla, fuerte y con eco.

 

El corazón no es uno afligido,

más bien es aquel que contempla,

perdido en el abismo del ruido;

nadie escucha su esencia…

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