Hora azul, tiempo de calma y de llanto. Plasmas sobre el lienzo un Van Ghogh intangible, pero que admiro. Adoro tu letargo insensato y tu lecho solazante que endulza mis pensamientos y penetra en el zaguán de mi pecho. Te observo. Ingresas a mí recinto de emociones con delicadeza y lo bañas de colores irisados que embellecen su carne; verte y sentirte es de ensueño y gratificante, un paraíso silencioso y efímero que pocos valoran. Al contemplarte, el viento me susurra sibilante y mis huesos resuenan por su canto; los pájaros diurnos que chiflan al volar me encandilan con su preciada voz y los nocturnos me alivian con su silencio. Nunca ví el mar, pero ver el cielo en ese preciado instante es igual de bello y, aunque no veo los peces andar, ni las gaviotas pasar o siquiera el olor del agua y de la arena, me siento un capitán que navega por tus lánguidos mares que mi mente solapan de tranquilidad.
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Autor:
Lucas Porter (
Offline)
- Publicado: 21 de julio de 2025 a las 08:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: Roberto D. Yoro, Mauro Enrique Lopez Z., pasaba, EmilianoDR, El Hombre de la Rosa, alicia perez hernandez, Pilar Luna, ElidethAbreu
Comentarios2
Gracias poeta Lucas y que tengas muchas horas azules para seguir escribiendo ese mar que no necesitas ver, vive en ti.
Saludos.
Aprecio mucho tu mensaje, Emiliano. Espero y sea así, que no solo yo, sino todos puedan darse el privilegio de contemplar esta maravilla que el universo nos regala. Saludos.
Muchas gracia por tu genial versar
Recibe un abrazo de Críspulo
El Hombre de la Rosa
Muchísimas gracias por su comentario. Le devuelvo el abrazo, Críspulo. Saludos cordiales.
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