Y te vi sin pensarlo dos veces
Estaba en un camino brumoso
donde la luz desaparece,
donde las manos amigas
se ocultan con el sol,
y la lluvia cae fuerte.
El destello brillante de tu sonrisa
fue lo que me despertó.
La fragancia de tu cuerpo
me cautivó.
Todavía mis piernas tiemblan
cuando estás cerca mío.
Cada día es como si
recién te hubiera conocido.
Tú me inspiras, tú me llenas;
eres esa mujer que, por dentro,
me completa.
Solo necesito tu sonrisa
para iluminar mis días,
y la ruda imagen de tu torso desnudo
para hacerlos arder del todo
Soy contigo
el ocaso más vasto de mi cielo
Y él despunta mi alma
como una estrella fría.
Cuando de ti se alejan,
vuelven a mí mis pasos;
mi propio latigazo
cae sobre mi vida.
Eres lo que está dentro de mí
y está lejano,
huyendo como un coro
de nieblas perseguidas.
Junto a mí… ¿pero dónde?
Lejos,
lo que está lejos,
y lo que, estando lejos,
bajo mis pies camina:
el eco de la voz
más allá del silencio,
y lo que en mi alma crece,
como el musgo en las ruinas.
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Autor:
RAZ16 (
Offline)
- Publicado: 20 de julio de 2025 a las 15:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
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