La vi llegar envuelta en su tormenta,
con ojos que lloraban en silencio.
Sus manos eran versos sin reposo,
y su risa sabía a despedida.
Me habló de libertad con voz cansada,
me amó como quien huye del abismo.
Sus besos eran drogas disfrazadas,
su piel... un mapa oscuro hacia el delirio.
Yo fui su despertar, su laberinto.
Ella, mi cruz, mi karma y mi destello.
Nos dimos sin medir lo que dolía,
pecado compartido... y sin cadenas.
Fue caricia envuelta en cicatriz,
un fuego que enseñó cómo arder libre.
Y aunque su luz debió morir en mí,
aún vive en la ceniza donde escribo.
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Autor:
Loiiz. (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 13 de julio de 2025 a las 10:07
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Rafael Escobar, Josué Jaldin, MISHA lg, Carlos Armijo Rosas ✒️, 🍷✨️MariPD, EmilianoDR
Comentarios2
Una de las cosas más gloriosas son los amores y pasiones prohibidas que siguen sus instintos y no los detienen ni dogmas ni leyes. Mis felicitaciones llegan a ti con mi fraterno saludo.
El ser humano, en su naturaleza, en su gran mayoría, aman los riesgos y lo no permitido.
Gracias estimado poeta, por tu comentario, igualmente, te envió un fraterno saludo.
EXCELENTES VERSOS MI QUERIDO AMIGO bARQUERO...
Gracias Carlos, y que bien que estas de regreso.
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