En Algarrobo caminé, con el hambre en la mirada, y una empanada me dieron.
¡qué alma más solidaria y entregada!
Hoy pasé de nuevo, compadre, por ese rincón bendito, y la misma señorita,
me dio dos dulces chiquititos.
No eran joyas ni billetes, eran alfajores de amor, hechos con manos sencillas, pero con todo el sabor.
Así es mi gente querida, chilena de corazón, que aunque no tenga de sobra, regala sin condición.
Brindo por esa muchacha, y por su gesto tan fino, que nunca falte el cariño, ni el mate, ni el pan, ni el vino.
¡Cueca no más, compadre! 🇨🇱💪
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Autor:
Wigo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 10 de julio de 2025 a las 16:27
- Comentario del autor sobre el poema: En este caminar por la vida, a veces uno se encuentra con sorpresas, pequeños gestos que alegran el dÃa y que vienen directo del corazón chileno. Asà me pasó en Algarrobo, donde una empanada y unos alfajores, no solo llenaron el estómago, sino que también el alma y la esperanza. Esta es mi paya pa’ celebrar esa simple, pero hermosa humanidad.
- CategorÃa: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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