La ausencia

Felipe Araya

Al caer la gota, azul, sola,

cae la otra.

Al caer la otra,

empieza la lluvia.

 

La lluvia llora,

pero es muda.

La casa grita,

es sorda.

 

Solo las ventanas

le hacen compañía,

porque la gota no es lluvia

si no la siguen.

Y no hay lluvia.

 

La gota está sola.

Quiere ser lluvia.

Pero solo puede caer

y no hay quien la siga.

 

Al llegar al suelo

no queda rastro,

porque la gota

nunca estuvo mojada.

La gota

jamás lloró.

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Comentarios +

Comentarios1

  • EmilianoDR

    Felipe, gracias por su historia, detalles precisos y buen hilo conductor y esa gota seca es un cierre muy bueno.
    Saludos cordiales.



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