Al caer la gota, azul, sola,
cae la otra.
Al caer la otra,
empieza la lluvia.
La lluvia llora,
pero es muda.
La casa grita,
es sorda.
Solo las ventanas
le hacen compañía,
porque la gota no es lluvia
si no la siguen.
Y no hay lluvia.
La gota está sola.
Quiere ser lluvia.
Pero solo puede caer
y no hay quien la siga.
Al llegar al suelo
no queda rastro,
porque la gota
nunca estuvo mojada.
La gota
jamás lloró.