Conozco a varios
que cuando ven a un águila
dicen con sorpresa:
“¡Ah, una paloma… pero qué extraña paloma!”
Entonces le arrancan las plumas,
despuntan las garras,
le rompen el grito en el pico
como quien ajusta un cuadro
que no encaja en el salón.
—“Ahora sí —declaran satisfechos—
se parece más a una paloma.”
El águila, aún viva,
contempla sus restos con ojos que ya no vuelan.
Sus alas, plegadas como culpa.
Yo también bajé la mirada
cuando le quebraron las alas,
cuando dijeron que el cielo
es solo para los que no asustan.
El águila es una herejía con alas,
y eso basta para hacerla culpable.
Pero nadie quiere ver
que toda paloma perfecta
es solo un cadáver disfrazado,
una estatua domesticada
para que no moleste al paisaje.
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Autor:
Milber Fuentes (
Offline)
- Publicado: 8 de julio de 2025 a las 02:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Milber Fuentes, El Hombre de la Rosa, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, Pilar Luna, alicia perez hernandez
Comentarios2
Hermoso tu genial y extraordinario bien versar
Recibe un abrazo de Críspulo
El Hombre de la Rosa
muchas gracias
Pero que profundidad tu maravilloso poema, con moraleja. Esta sociedad es un asco. He sufrido por el águila. Un saludo Milber.
Pero hay que esperar resistir, siempre hay que resistir.
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