Esa mujer, que tan tibia se arroja
El brazo recoje, los labios humedece
Me aprieta, me besa y palidece
Mientras en su naturalidad, sonroja.
Esa mujer, jardín de extraña melancolía
Que se ríe de mis pálidos excesos
Por quién aguarda paciente los besos
Y caricias, que jamás a otra yo daría.
Esa mujer que al silencio proclama
Feliz de mi mano guarda su huella
Nunca mujer alguna fue tan bella
Ahora soy miseria y plenitud
De quien ama.
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Autor:
cesarmc78 (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 6 de julio de 2025 a las 18:55
- Categoría: Amor
- Lecturas: 1
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