Se entrelazan los vientres
taciturnos.
Los amantes se desintegran
entre labios y derrotas...
Y no importa el ladrido de los
perros a lo lejos.
Cada caricia se estrella entre
las rocas; cada abrazo es una
pila de ceniza que todavía arde
en los escombros.
Y ruegan que no acabe la noche,
porque luego,
no quedará más
noche que esa.
L.G.
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Autor:
Lucía gómez (
Offline)
- Publicado: 6 de julio de 2025 a las 09:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, 🍷✨️MariPD
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