EL AMOR QUE NUNCA VOLVERÁ

El Corbán



Te fuiste, y con tu adiós quedó mi calma,

despoblada de abrigo, mi alma gime,

el mundo, sin tu voz, se torna en salma,

y hasta el sol se avergüenza si me oprime.

 

Aún guardo de tu aliento la tibieza,

como un lienzo empapado en la ternura,

y me arrullo en el eco de tu belleza,

aunque duela abrazar la sepultura.

 

Tu nombre se desliza por mis labios

como rezo que implora tu retorno,

y en los días de cielos más agraviados

te busco entre la lluvia y su contorno.

 

Mi lecho es penitencia sin tu abrazo,

mi pan, ceniza, mi copa, abandono;

y mi existir, arrítmico y escaso,

se arrastra en un letargo sin perdón.

 

El aire me castiga si respiro,

la noche me flagela con su ausencia,

la bruma me recuerda que deliro

por besar tu silente reminiscencia.

 

Y te escribo estas líneas, dulcemente,

como un loco que ruega a su fantasma,

con el alma hecha trizas, lentamente,

añorando la piel que ya no plasma.

 

Mas al final, al fin, ya lo comprendo:

no eras amante, ni musa, ni quimera,

eras mi juventud, mi luz ardiendo…

eras yo, cuando aún valía la pena.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Genial tu versar estimado poeta y amigo
    Saludos desde Torrelavega
    El Hombre de la Rosa

    • El Corbán

      Muchas gracias amigo Crispulo, saludos.



    Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.