¡Madre!
¿Por qué me apartaron de ti
cuando el frío rozaba tus párpados?
Sabían —lo sabían—
que el regreso ya no era posible,
pero, aún, así,
me alejaron
de la escarcha de tu lecho.
Y en ese instante
se apagó el azul de tus ojos,
y yo,
de pronto
quedé huérfana de tu aroma
perdido en el aire estéril
de aquel cuarto sin alma.
Y nunca más el calor de tus manos
Arropó la frialdad de mis días.
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Autor:
Rosario Bersabé (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 3 de julio de 2025 a las 13:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 107
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Miguel Reyes, ElidethAbreu, Lualpri, Santiago Alboherna, JAGC, Josué Jaldin, pasaba, alicia perez hernandez, Freddy Kalvo, Classman, Roberto D. Yoro, Raiza N. Jiménez E., JUSTO ALDÚ, Martha patricia B, Ricardo Castillo., leo albanell
Comentarios4
Gracias Rosario y con el calor de las manos maternas se nos va un pedazo de la vida.
Abrazos.
Elideth, muchas gracias por tu comentario.
dolor y nostalgia, bello bello poema...
Muchas gracias, Santiago, por tu comentario.
Cuánta tristeza en tus versos,
cuánto dolor se percibe
y a veces, no comprendemos,
lo que el alma siempre escribe...
Un abrazo fraterno mi estimada amiga Rosario.
Así es Freddy, Gracias por venir.
Bella y nostálgica despedida. Saludos Charo
Classman muchísimas gracias.
Saludos.
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