GRACIAS A VUESTRA PALABRA
Me dirijo a todos vosotros escritores, poetas, poetisas… los que, además de hacer uso de la palabra, la embellecéis.
No es por adularos. Lo digo de corazón.
Os doy las gracias porque la usáis para expresar sentimientos: amor, odio, desolación, alegrías, dudas, vivencias…y, cómo no! para hacernos conscientes de injusticias sociales, raciales, políticas, económicas…y las denunciáis con valentía y con arte.
En un mundo en el que parece que la dicción no tiene valor, vosotros se lo dais abiertamente, con elegancia.
Sois el reducto del verbo hablado y escrito, porque ahora, en las redes se va perdiendo. Cada vez economizan más los escritos, los abrevian de tal forma, que hay que estudiar para entenderlos, a veces.
Antiguamente era diferente.
Para sellar un acuerdo, no eran necesarios trámites notariales, por ejemplo. Se hacía un consejo de vecinos, y lo que allí se decía, se cumplía.
Las noticias familiares se daban por carta. Yo conservo cartas de abuelos, bisabuelos… Son cartas antiquísimas, escritas con unas letras como dibujadas, cartas amarillentas que, por algunas esquinas, tienen un color naranja.
Tienen, incluso, un olor especial, de humedad, del tiempo…
Me gusta ver cómo escribían, su técnica, sus expresiones tan escogidas, tan cuidadas, tan redichas, tan barrocas a veces.
Se preocupaban por expresar el contenido de la mejor forma. Era un arte.
Son el único testimonio de su época, junto con sus fotografías.
Siempre me ha gustado la literatura.
Cuántas tardes enteras pasé leyendo libros, soñando con sus personajes, que, luego me parecían diferentes en la televisión o en el cine, porque, según el criterio de los guionistas, cambiaban escenas que eran importantes.
Me daba la impresión de que amputaban el libro.
Los escritores siempre me fascinaron. Me parecían de otra época, de otro mundo, hasta que fui conociendo algunos, y me parecen personas normales, pero que son unos artistas, porque dominan los vocablos y transmiten sentimientos e ideas por medio de lo escrito.
Conocí a “bertsolaris” (poetas que improvisan versos al momento, en País Vasco), amigos de un compañero, también bertsolari y autor de algunas canciones, en mi centro de enseñanza, donde enseñaban su técnica a los alumnos y alumnas. La “berstolaritza” tiene una similitud con el Rap, pero dicho en Euskara, con una entonación y ritmo diferentes. Es un arte ancestral. Se dice que se remonta al siglo XV, por lo menos.
A finales de los años 90, conocí a Mario Benedetti en un centro social, en Madrid, donde vino a dar una charla sobre Inmigración y Extranjería.
Cuando le vi personalmente, no lo reconocí.
Yo estaba en la entrada y él se acercó y, con una gran sencillez, me dijo: “Hola. ¿Vos quién sos?”
Yo, creyendo que era un compañero de mi grupo que no conocía todavía, le respondí:
“B.V. de Bilbao” y él me respondió dándome la mano con una sonrisa:
“Encantado. Mario Benedetti, de Uruguay”.
Me quedé fascinada y sin palabras. Sólo acerté a decirle que me encantaban sus escritos.
Seguimos hablando por poco tiempo, porque vino alguien a pedirnos ayuda.
Me pareció un señor amable, elegante en el trato. Me encantó.
Hay muchos escritores que me gusta cómo escriben. Pero, para mí, Mario Benedetti siempre ha sido uno de mis preferidos, oyéndole recitar sus poemas, sus escritos, con esa voz cálida, melódica, que transmitía cuando los recitaba.
Me gustó verle, por ejemplo, recitar junto a D. Viglietti en un concierto.
Me emocionaron los dos.
Esto es una anécdota.
Pero, seguro que vosotros tenéis muchas más que os han impulsado a escribir, a contar o a cantar lo que os sucede, lo que sentís, lo que amáis…porque se nota cuando os leo, y me lo hacéis sentir así.
Nelaery
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Autor:
Nelaery (
Offline)
- Publicado: 30 de junio de 2025 a las 10:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
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