Como si el roce no fuera un muro para mí,
sino un puente que cruzabas sin miedo.
Y yo te dejaba, por extraño que pareciera,
te dejaba quedarte ahí, en mi borde.
Y aunque yo me congelaba un poco por dentro,
aunque mi cuerpo no entendía ese idioma,
tú insistías en hablarlo con tu contacto,
rompiendo silencios que yo no sabía cómo nombrar.
Me tocaste tantas veces
que empecé a pensar que debía acostumbrarme,
como si ceder fuera lo mismo que amar,
como si decir que sí fuera más fácil que explicarte
que el contacto me dolía.
Heriste mi cuerpo,
como ya antes habías herido mi alma.
Sabía que estaba mal, pero aun así lo permití,
permití que dañaras más allá que solo mis sentimientos.
-
Autor:
Alon (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 27 de junio de 2025 a las 11:45
- Comentario del autor sobre el poema: …
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Poesía Herética, EmilianoDR, Lualpri, Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, JUSTO ALDÚ
Comentarios3
La magia del contacto que despierta el amor
Bonitos versos linda amiga
Con cariño
JAVIER
Besos para ti compañerita. Tus versos son frescos como tu alma.
Saludos
La intimidad es tan elevada que nadie tiene derecho a forzarla, no debe ser un momento que se traducirá en dolor sino en conexión que permanece.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.