Me conozco, pero hay una ventana que nunca abro,
una puerta que siempre cierro y un rincón que nunca habito.
Me conozco: estoy cautivo en este cuerpo que no soy yo,
y que algún día se consumirá.
Soy asediado por emociones que no son mías
y que me atan a este mundo al que no pertenezco.
Me conozco: soy un libro que se lee y se lee, condenado a
sentir, a vivir, hasta un día desaparecer.
¿Por qué no morir como mueren los libros, en una fría
biblioteca, convertidos en polvo y renaciendo en otras ideas?
Hallaré la respuesta, cruzaré esa oscura puerta,
y seré libre, si es que más allá se conoce la libertad.
una puerta que siempre cierro y un rincón que nunca habito.
Me conozco: estoy cautivo en este cuerpo que no soy yo,
y que algún día se consumirá.
Soy asediado por emociones que no son mías
y que me atan a este mundo al que no pertenezco.
Me conozco: soy un libro que se lee y se lee, condenado a
sentir, a vivir, hasta un día desaparecer.
¿Por qué no morir como mueren los libros, en una fría
biblioteca, convertidos en polvo y renaciendo en otras ideas?
Hallaré la respuesta, cruzaré esa oscura puerta,
y seré libre, si es que más allá se conoce la libertad.
-
Autor:
Deivid Villarreal (
Online)
- Publicado: 24 de junio de 2025 a las 17:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 2
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.