Busqué tus labios,
en medio de la noche,
que suspiraban.
Era un temblor,
apenas perceptible,
el que mostraban.
Y vi mi nombre,
surgiendo, sin palabras,
en aquel labio.
Y te besé,
besé tus labios tiernos,
sin decir nada.
Luego tomé
tu cuerpo, estremecido,
en un abrazo.
Y así escuchamos,
cantar a las cigarras,
en plena noche.
Cerca, muy cerca,
dejaban las resacas
su ronroneo.
Tenían sueño,
venían muy cansadas
hasta la playa.
Y allí, nosotros,
juntamos nuestros sueños,
y nos amamos.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/06/25
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Autor:
Pyck05 (
Offline)
- Publicado: 22 de junio de 2025 a las 03:31
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 1
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