Qué frágil es la vida, y que severo
el camino, se clavan los abrojos
en todos los silencios de mi piel
y una cruz de amargura y soledad
perturba la algazara de otros tiempos.
El invierno inclemente descalabra
empeños e ilusiones,
remembranzas añejas mortifican
cual satírica lanza.
Ya remotas se escuchan serenatas
carcomidas de sal y fuego.
Y en mi desierta playa,
mientras la arena entona su dorada
música remecida por el viento,
un soliloquio muerde mi apatía
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Autor:
Rosario Bersabé (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 21 de junio de 2025 a las 11:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 80
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Comentarios2
Gracias Rosario.
Que soliloquio has tejido.
Saludos.
La vida…un sendero de aprendizajes con sus altas y bajas; hasta lograr superar el ego y vivir desde el alma y no desde la máscara como decía Carl Jüng .
La soledad… gran amiga!
Tarea difícil…
Un gusto pasar a leer.
Saludos amistosos de
Peregrina
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