Rosario_Bersabe

Soliloquio

Qué frágil es la vida, y que severo

el camino, se clavan los abrojos

en todos los silencios de mi piel

y una cruz de amargura y soledad

perturba la algazara de otros tiempos.

 

El invierno inclemente descalabra

empeños e ilusiones,

remembranzas añejas mortifican

cual satírica lanza.

 

Ya remotas se escuchan serenatas

carcomidas de sal y fuego.

 

Y en mi desierta playa,

mientras la arena entona su dorada

música remecida por el viento,

un soliloquio muerde mi apatía