Hay mentiras que se dicen
como quien quiere besarte.
No hablan, muerden.
No suenan, raspan.
Se te clavan en el pecho
como clavos oxidados
y te dejan pensando
si, tal vez, era tu culpa.
Hay mentiras que se lanzan
como dardos puntiagudos.
No para herirte,
sino para que sangres.
Y lo hacen con estilo,
con veneno refinado,
con precisión de cirujano.
Casi quedas convencido
de que te lo merecías.
Hay mentiras que dibujan
cielos de celeste pleno.
Te hacen creer
que todo va a estar bien.
Te dicen palabras dulces
mientras te quitan el suelo,
y tú te caes sonriendo,
como un imbécil feliz.
Y hay otras,
las más peligrosas,
las que parecen verdades.
Llegan sin ruido,
traen pruebas,
te miran a los ojos
y se quedan a tu lado
como si fueran tuyas.
Esas son las que duelen.
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Autor:
Gusechag (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 20 de junio de 2025 a las 10:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, alicia perez hernandez, Pilar Luna
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