Estoy en medio del caos,
como quien despierta en un incendio,
un entierro sin cuerpo,
sin flores ni luto,
las manos atadas a venas
que se ocultan en mi génesis,
una génesis escrita en lenguas muertas,
lenguas que no entiendo
y que nunca entenderé,
balbuceos de ancestros olvidados,
errante entre ruinas de futuros
que nunca llegarán,
atrapado en un pasado oculto,
un pasado que ha sido
borrado de la bitácora
de los hombres tristes
que habitan aquí,
aquí,
donde se entierra la memoria.
Yo, espectador pasmado
de este siglo,
con los ojos abiertos como ventanas sucias,
que se van quedando sin visión
porque el tiempo se come las pupilas,
que se internan,
en las fauces de su propia oscuridad,
mirando a tientas desde el séptimo piso
una ciudad que arde
entre pantallas y sirenas,
el centro invisible del mundo
que gira y grita
y desaparece entre los dedos
de profetas de TikTok.
A veces escapo, ¿sabes…?
a veces vuelo en bicicleta hacia la alegría,
breve, sucia, tatuada
en risas rotas;
solo para regresar
a este desconcierto,
a esta cama sin sábanas.
Y desde el pozo lúcido
del insomnio, rumio versos:
versos como huesos,
versos como vómito dulce,
versos como espejos,
versos decadentes y mal escritos —
como estos que ahora escribo —
con los que me siento vivo,
o al menos acompañado
por fantasmas que me entienden,
y presumo que todos
soy yo mismo.
Ahora todo tiene el mismo color:
el gris de los techos que sangran óxido,
el gris de pulmones de fábrica,
el gris del alma dormida en semáforos,
el gris que no es más que sombra
bajo las sombras.
Todos usan el mismo vocablo,
la misma jerga hueca:
el lenguaje reciclado de noticieros,
de podcasts,
de slogans corporativos.
Las mismas culpas a cuestas,
culpas heredadas como virus
en la leche materna;
los mismos demonios del algoritmo impío,
los mismos rostros encendidos por pantallas:
rostros sin historia,
sin alegría,
sin tierra,
sin felicidad,
sin gozo.
La juventud que antes gritaba en las plazas
tiene hoy como faros la cruz y la guerra:
la cruz oxidada del miedo y la voracidad,
la guerra entre muertos que no saben que están muertos,
las horas desperdiciadas en los call centers,
y en escuelas que se quedaron vacías.
Ya no hay tiempo para amar,
solo para poseer lo que está muerto,
abrazar el abandono
como a un hijo que no nace,
besar el vicio
como a una libertad desconocida,
rota, postiza,
escondida bajo grietas
de ciudades que no gritan ni aúllan.
Ya no hay tiempo para amar,
solo para el azote de dios,
solo para temer,
solo para morir;
un dios que ríe desde torres eléctricas,
solo para adorar,
solo para morir
en una tierra
sin pan ni poetas;
mientras el mundo se duerme
sobre su propia lápida.
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Autor:
Axioma (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 18 de junio de 2025 a las 16:19
- Comentario del autor sobre el poema: Sección II del poema Evangelio de los caídos: https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-780823
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Comentarios7
El tiempo de amar se acorta ante el odio y la intolerancia querido Ricardo.
Abrazos y gracias por este poema y su mensaje.
Muchas gracias y un abrazo fuerte, poeta Elideth.
Un poema duro, pero profundo y bello. Me ha gustado mucho. Abrazo inmenso 🥰
Gracias, querido Paris Joel. Un abrazo grande, poeta.
De acuerdo contigo Paris, el poema es una hermosa herida abierta.
Es precioso tu poema y tiene mucha profundidad crítica, analítica.
Te felicito de corazón.
Muchas gracias, poeta. Abrazos.
Es impresionante y llega su mensaje al que lo quiera sentir.
No me extraña de un poeta con la herencia poética de tu bello y caluroso país, ( Darío, el poeta trapense Ernesto Cardenal, Gioconda Belli sin olvidar a los hermanos Rajoy )
Un abrazo
¡Qué hermoso tu mensaje! Recibo tu abrazo con mucho cariño y te envío otro, tan caluroso como esta tierra desde donde parte mi saludo: Managua, Nicaragua.
País encantador ! Y lleno de contrastes, gente auténtica y “arrecha “ para mí es el país Centroaméricano con más carácter, yo que trabajo mucho con la idea de la palabra y su importancia, allá cuando se dice lo hago, o lo hice es generalmente un acto performativo.
Aprecio profundamente tu sinceridad y el cariño con que hablás de la flor más linda de mi querer... Al leerte, me alegra encontrar ese término tan lleno de fuerza y tan propio de nuestra habla cotidiana: arrecho. ¡Qué grato encuentro y qué dicha poder leerte! Recibí un saludo cordial y agradecido.
Placer compartido poeta. !
Genial tu gran versar estimado poeta y amigo Axioma
Recibe un fuete abrazo de Críspulo desde Torrelavega
El Hombre de la Rosa
Querido amigo poeta, gracias por tu lectura y por tu generoso comentario. Recibo tu abrazo con gratitud y te lo devuelvo con afecto, hasta Torrelavega.
Un grito profundo contra este mundo azotado de una enfermidad contagiosa.
Saludos Ricardo
David
¡Así es, estimado y admirado poeta! Gracias por tu lectura y comentario. Un abrazo fraterno hasta donde te encuentres.
Un lamento lúcido donde el yo lírico se disuelve entre ruinas digitales, memorias fósiles y dioses de alta tensión. Todo es gris, sí —pero un gris que duele con belleza. Esta voz no busca redención, sino compañía en el abismo. Y en ese vértigo compartido… nace el estremecimiento.
Saludos.
Qué interesante tu análisis, poeta. Gracias por leer con tanta atención y por compartir tus impresiones. Te envío un saludo cordial desde Managua, Nicaragua.
Creo que es lo menos que merece tu esfuerzo al plasmar estas letras. Debemos valorar lo que escriben otros compañeros. Mucho más si es de importancia, pues sirve de estímulo a ser mejores cada día.
Saludos
Lo aprecio, poeta. Abrazos.
Una profunda descripción del mundo apocalíptico que nos ha tocado vivir, con toda su crudeza, pero con algún atisbo de una pequeña escapada, para volver a la terrible realidad.
Muchas gracias por compartir este realista poema.
Hola, Nelaery, poeta. Así es, tal como lo señalás. Gracias por tu lectura atenta y por compartir tu comentario. Abrazos y poesía.
Gracias a ti.
Abrazos y poesía.
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