Hoy te vi, amor, y el alma mía se sorprendió,
al ver tu delgada silueta, un suspiro de viento;
aquel brillo de tus ojos, tan bellos, se marchitó,
tu rostro vi descompuesto, como triste lamento.
Tu faz, antes vibrante, hoy pálida y sin luz,
una sombra de angustia marcaba tu expresión;
no hallé la alegría, solo una pesada cruz,
y en tu mirada ausente, profunda aflicción.
¿Qué pena te consume, qué dolor te carcome?
Tu cuerpo, tan esbelto, casi etéreo se ve;
tu semblante quebrado, mi corazón no asume,
¿será que mi partida, tu alma aún no cree?
Te observé a lo lejos, el pecho oprimido,
un nudo en la garganta al ver tu languidez;
y en silencio me dije, con el ser dolido:
"acaso me extrañas, ¿será esa tu tristeza?".
Hubiera querido acercarme, quitarte la opacidad,
devolver a tu vida alegre, la luz y el color;
pero solo te miré, a lo lejos, con esta ansiedad,
anhelando que floreciera de nuevo el amor.
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Autor:
Arvela (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2025 a las 22:39
- Comentario del autor sobre el poema: @DR LLDEGC
- Categoría: Amor
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu
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